Mi pequeño tesoro

De repente estás en el hospital con tu hija ya casada y con ganas de ser madre, en este caso no es tu salud la que está en juego si no la suya. Y de repente, cuando entra en quirófano te entra el pánico, te empiezan a temblar las piernas y rememoras todas aquellas noches en vela cuando tenía fiebre o sólo por que tenía tos. Las que vomitaba y pensabas que en una de esas podía ahogarse y te levantabas corriendo para que no le pasara. Te le llevabas a tu cama porque así estabas más tranquila si en un momento dado te necesitaba.

Las lágrimas salen solas, ni siquiera puedes reprimirlas, ahora no puedes hacer nada, ni ponerle la mano en la frente para comprobar la fiebre, ni hacerle la sopita caliente o las patatas con allioli que tanto le gustan. Recuerdas los llantos por culpa de las amigas del colegio y como la consolabas con el corazón en un puño, porque todo pasaría tarde o temprano. Que aquello no era para tanto, pero sí que lo era. Para ella lo era todo. Cómo para mí ella lo es todo.
Y te sientes tan impotente, tan poca cosa y sólo quieres llevarla a tu cama y dormir (eso de dormir es un decir) escuchando su respiración. Por que si respira bien y está bien dormidita, ya eres feliz. La madre más feliz.
Cuando un madre no sabe qué hacer se colapsa, el mundo se viene abajo porque está acostumbrada a resolver los pequeños problemas del día a día que no son nada comparados con los terribles problemas de la vida y la muerte que al fin y al cabo es lo único real de esta historia.


13 comentarios:

  1. El amor incondicional de las madres no tiene límites ni fechas de caducidad. No lo digo como madre, ya que no tengo hijos, pero sí como hija o nieta, ya que las abuelas también suelen ejercer de madres en nuestra infancia especialmente.
    Guardo imborrables recuerdos donde todas estas preocupaciones de las que hablas en tu conmovedora historia, quizás personal, me imagino, también las experimenté respecto al cuidado tan exquisito de mi madre o de mi abuela. Lástima que se me fueron las dos siendo todavía joven. El peor golpe fue el fallecimiento de mi madre que me rompió el corazón, aunque lentamente hice lo posible por no dejarme ir con ella también, apenas yo contaba con cuarenta veranos...
    Por cierto el tema de la canción es una joya.
    Un placer visitarte y dejarte mi humilde huella, compañera Charo.
    Un beso.

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    1. Esta canción de Presuntos Implicados sonaba cuando nació mi hija y yo se la cantaba a ella y a veces se la canto, aunque me dice que me calle (es genio y figura desde que nació).

      Lo peor que le puede pasar a una madre es no saber qué hacer ante una situación imprevista que le ocurra a alguno de sus hijos. Yo me colapso en ese momento, vivo preocupada por ellos siempre aunque sé que ya son grandes y deben de resolver sus problemas ellos solitos y si necesitan mi ayuda la van a tener siempre. El momento más duro es quizás cuando tienen que entrar a quirófano (una apendicitis, una rodilla...), en esos momentos en que tú no controlas todo se descontrola a tu alrededor.

      Por suerte, el ser humano puede con casi todo. Que no se nos acabe la buena racha.

      Un abrazo!

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  2. Esta canción de Presuntos Implicados sonaba cuando nació mi hija y yo se la cantaba a ella y a veces se la canto, aunque me dice que me calle (es genio y figura desde que nació).

    Lo peor que le puede pasar a una madre es no saber qué hacer ante una situación imprevista que le ocurra a alguno de sus hijos. Yo me colapso en ese momento, vivo preocupada por ellos siempre aunque sé que ya son grandes y deben de resolver sus problemas ellos solitos y si necesitan mi ayuda la van a tener siempre. El momento más duro es quizás cuando tienen que entrar a quirófano (una apendicitis, una rodilla...), en esos momentos en que tú no controlas todo se descontrola a tu alrededor.

    Por suerte, el ser humano puede con casi todo. Que no se nos acabe la buena racha.

    Un abrazo!

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  3. Te entiendo soy madre y abuela, uno siempre los ve chicos y se angustia cuando en realidad hay que ser fuerte y pensar siempre en lo positivo de la mente del hoy
    Un abrazo bonita tu entrada

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    1. Es muy cierto que desde que los sientes moverse dentro de ti ya empiezas a sufrir. Y yo soy muy sufridora, muchas noches sin dormir y yendo al trabajo con ojeras hasta el talón. No quiero imaginar lo que pasará cuando sea abuela, otra vez a sufrir.

      He pasado por momento muy amargos de hospital con mis dos hijos y siempre he sido muy fuerte, hasta que ellos ya no me veían, entonces me derrumbaba. Cómo en este relato verídico.

      Un barazo y gracias por leerme.

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  4. Qué bonita entrada Charo. Recuerdo que en el momento que nació mi primer hijo me dijeron justo eso ya no dejas de sufrir y aunque no quieres siempre lo de ellos duele inmensamente más, quieres protegerlos de todo y de todos y eso no es posible, les tenemos que dar alas para que sepan volar y cuánto cuesta hacerlo.
    Me encanta la música que has puesto, la voz de Sole de presuntos implicados me parece maravillosa.
    Un placer conocer tu blog.

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  5. Pues sí, duele mucho más lo que les pasa a ellas que lo que nos pasa a nosotras.
    Un abrazo.

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    1. Es difícil explicar cómo se encoge el corazón cuando les pasa algo.

      Un abrazo

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  6. ¡Hooola!

    Que bonito el texto, aunque ahora mismo no me puedo imaginar estar en esa situación jajaja

    ¡besos!

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    1. Bueno, a veces pienso que si volviera a ser joven me pensaría lo de tener hijos. Es mucho más duro de lo que nos explican.

      Besos

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  7. ¡Hola! 🖐
    Me ha encantado este post, no conocía tu blog y me ha encantado... ya te sigo.
    Te espero en mi blog 👇
    Obsesión por la lectura 📚

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    1. Hace años que estoy en blogger, lo dejé un tiempo y después de pasar por facebook, me he dado cuenta de que no me apetece más malos rollos de la gente. Quiero escribir solo para los que quieran leerme y estén dispuestos a compartir cosas buenas.

      Un abrazo

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