El domingo, más que el día del señor, era el día del arroz con conejo en mi casa. Cada domingo tocaba, nos gustara o no, quisiéramos o no. Hoy en día lo echamos de menos.
El sábado por la mañana nuestra madre iba al mercado de La Salut, compraba los pimientos, las cebollas, los tomates, la fruta, el embutido... Después iba a la calle que había debajo de la Parròquia de la Salut y que llevaba al matadero. Allí había una tienda muy pequeñita y compraba un conejo. Vivo, un conejo vivo. Y lo dejaba en el patio que teníamos en nuestro piso bajo de la calle Antigua de Valencia.
El sábado por la tarde tocaba matar el conejo, y le daba un golpe con la mano del almirez en el cogote para hacerlo. Después había que despellejarlo y a veces lo hacía alguna de mis hermanas, recuerdo una vez que me tocó aguantar las patas mientras la otra estiraba. Uno de esos días que no me gusta recordar, pero cualquiera le decía a mi madre que no. Era la zapatilla más rápida del oeste. El trauma está ahí de por vida.
Luego ella se encargaba de cortarlo a trozos para el domingo.
Nos sentábamos ocho a la mesa a comer, los cinco hermanos, mi padre y mi madre y mi prima Carmen, que no le gustaba el arroz con conejo pero nunca decía nada. Se lo comía sin rechistar. Mi prima venía casi cada fin de semana a casa y ella y yo saliamos a pasear los sábados y domingos por la tarde por Badalona. Ella fue la hermana que me siempre me hizo falta. Y eso que tenía tres hermanas, pero nunca se preocuparon por cómo me sentía.
A mi padre siempre le gustó el arroz "entero", es decir en el punto en que no se pasaba y ese era el mérito de la cocina de mi madre. Sabía hacerlo todo en su punto. Sabía hacerlo todo bien y dejarnos en el recuerdo todos esos domingos en que nos sentábamos en la mesa todos juntos a la misma hora y nos gustase o no, sólo había eso para comer. Y todo lo demás no era importante.
*** AGRADECER A GENIS LOS ESPÁRRAGOS Y LAS SETAS QUE ME HA TRAÍDO PARA PONERLE AL ARROZ DE HOY DOMINGO.
Hola Charo me has hecho reír con eso de la zapatilla más rápida del oeste.
ResponderEliminarAins ese arroz y los recuerdos que te ha traído.
Un abrazo
Gracias por pasarte por aqui.
ResponderEliminarPues si, mi madre era una fiera con la zapatilla. Imagínate sacar adelante una casa con siete hijos en aquellos años tan difíciles. ella hacia maravillas con la comida y todo lo que cocinaba era un manjar. Así hemos salido casi todos unos cocinillas.
Un abrazo!
¡Qué bonita coincidencia, amiga Charo! En mi familia ocurría otro tanto los domingos e incluso si me remonto a los meses de vacaciones. Cuando visitaba a mis abuelos en el pueblo, ellos tenían la misma costumbre de la paella dominguera.
ResponderEliminarLa receta de mi madre no incluía conejo, ya que ni a mi padre ni a mí nos gustaba y mucho menos el hecho de matar animales. De todas maneras, siempre he sido muy tiquismiquis con la carne.
¡Ah! en mi caso era mi padre quien sacaba el cinto y no había más discusión. ¡Qué tiempos aquellos!
Un beso y buen inicio de semana.
En aquellos tiempos la carne era escasa, había mucha legumbre y mucha patata pero carne poca. Ya no te digo pescado para los que vivíamos tierra adentro entre olivos. El domingo era el día de la carne, aunque yo me comía sólo el arroz. Mi madre, ya de más mayor confesó que en ese momento sería incapaz de matar un animal, qué cosas tiene la vida. Habíamos tenido granja y le había tocado siempre la labor de darles muerte. Eran otros tiempos y otras necesidades. Por suerte hoy en día hay tantas cosas que no es necesario matar animales. Doy las gracias por eso.
EliminarUn abrazo
Que buenos rercuerdos. Ayyy esas madres que tan bien lo hacían.
ResponderEliminartodo. Ahora solo nos queda recordarlas.
Un abrazo.
Esos recuerdos bonitos son los que quedan, por suerte. Por que también hay malos pero se olvidan para que podamos seguir adelante. Los domingos, el arroz, la casa dela pradera en la televisión...mi padre, mi madre y mis hermanos en casa. Nada de eso volverá ya, sólo queda recordar.
EliminarUn abrazo, Laura
Esos recuerdos bonitos son los que quedan, por suerte. Por que también hay malos pero se olvidan para que podamos seguir adelante. Los domingos, el arroz, la casa dela pradera en la televisión...mi padre, mi madre y mis hermanos en casa. Nada de eso volverá ya, sólo queda recordar.
ResponderEliminarUn abrazo, Laura
Se ve delicioso!!!!! Que linda historia además
ResponderEliminarPaz
Isaac
Pues sí que estaba muy bueno. Ya lo hago casi como el que hacía mi madre.Eso sí, la carne no me la como. Solo e arroz y los espárragos y las setas...
EliminarUn abrazo
Pues sí que estaba muy bueno. Ya lo hago casi como el que hacía mi madre.Eso sí, la carne no me la como. Solo e arroz y los espárragos y las setas...
ResponderEliminarUn abrazo
es una experiencia haberte hallado y leído
ResponderEliminarGracias, lo mismo te digo. Siempre me ha gustado leer y aprender, y ahora que soy más mayor me cuesta más. Pero no cejaré en el empeño. Y me gusta descubrir buenos blogs y buena gente.
EliminarUn abrazo