Este jueves nos propone Dorotea un tema interesante, Y SI DE REPENTE ALGO NOS FALTARA?
Podeis leer los relatos en su pàgina LAZOS Y RAÍCES
Los niños abrían los ojos con las primera luces del alba a golpe de campanadas. Maitines. Se vestían maquinalmente sin sentir el regio frío que entraba por algunas ventanas rotas. En fila, andaban hacia la iglesia pisando la nieve o el hielo. Después desayunaban en silencio, uno de los frailes leía la biblia para que nadie levantara la voz. Después las clases, latín, gramática, matemáticas y religión. Salían al patio, pero no jugaban, permanecían inmóviles parapetados contra la pared abrazándose ellos mismos para no congelarse porque solo llevaban unos pantalones cortos, calcetines largos y un jersei de lana. Era su vestimenta de cada día. A veces llegaban bufandas que alguien donaba al colegio, pero ninguno las recibían. Los frailes se las repartían entre ellos y daban las viejas a los niños, raídas, comidas por las ratas y casi sin lana. Comían, estudiaban, cenaban y dormían. Siempre helados de frío y con poca carne en el cuerpo.
Así eran los niños de la guerra, los que habían perdido todo, a sus padres, el habla, el sentir, el oído, con sabañones en los dedos que dolían a rabiar, que enfermaban de pulmonía y morían solos en la habitación comunitaria y eran enterrados en fosas comunes.
Así es la historia de una parte del país, la de unos niños a los que de repente les robaron la infancia.
Que la historia nos enseñe a no repetirla.
Un buen texto con una dosis de melancolía por aquellos niños que les robaron como muy bien has dicho su infancia y algo más ...Un abrazo feliz fin de semana.
ResponderEliminarLes robaron mucho, a mis padres, a sus hermanos y hermanas, a muchos. Es una triste realidad que no hay que olvidar, no sea que se repita
EliminarUn abrazo
Niños sin infancia, adolescentes sin futuro, pobreza sin esperanza, Que terrible palabra " SIN " deber tan suprimirla del diccionario .
ResponderEliminarBuen fin de semana
Tienes razón, esa y muchas palabras no deberían de existir, guerra, hambre, bombas... si alguna generación no las conoce será muy afortunada.
EliminarUn abrazo
La peor consecuencia de las guerras: el daño irreparable destruyendo la pureza de la infancia. Terrible. Un texto como para reflexionar. Un abrazo
ResponderEliminarEn efecto, hay que reflexionar sobre muchas barbaridades que se han cometido. Lo niños, los más inocentes son los que más pierden.
EliminarUn abrazo
Qué pena que roben a los niños su infancia, debería ser indestructible. Hay que atesorar su niñez y dejar que sean felices.
ResponderEliminarUn beso enorme.
La niñez debería ser patrimonio dela humanidad, sin ellos se acaba el futuro y un niño herido en lo más profundo pocas veces podrá ser un adulto completo.
EliminarUn abrazo
Un texto cuya lectura me ha dejado sobrecogida, especialmente porque tampoco en la actualidad están cubiertas las necesidades de muchos niños. Crecen sin cosas que en otras situaciones significan muy poco porque las hay en demasía. Gracias por participar y un abrazo.
ResponderEliminarMuchos crecen sin tiempo, ni cariño, los adultos no les hacen caso y eso también crea cicatrices. Lo que daría por no ver a ningún niño sufrir por que tiene que ser la etapa más feliz.
EliminarUn abrazo
Han pasados las décadas, y en parte, seguimos sin poder cubrir las necesidades de los niños. Un repaso por un ayer no tan lejano, que ha ido muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, siempre es bueno echar un vistazo al pasado para no dejar que vuelva. Los niños son nuestro mayor tesoro.
EliminarUn abrazo
Conmovedor y duro relato, que nunca debemos olvidar para no repetir en estos tiempos de odios y colores nuevamente.
ResponderEliminarNo merece llamarse un país moderno si un solo niño pasa hambre.
Un placer leerte
Beso
Tienes toda la razón, no somos un país moderno ni del primer mundo porque nuestros niños carecen de cosas fundamentales.
ResponderEliminarGracias por pasarte
Un abrazo
Has logrado meterme el frío en los huesos con tu escalofriante historia que sé por artículos leídos sobre esa infancia maltratada, que todo es verdad.
ResponderEliminar¡Qué horror!, miedo me da pensarlo ¿IY nos quejamos ahora?
La infancia que tuvieron muchos de nuestros padres y madres.
EliminarNunca más una guerra, por favor. Ni aquí ni en ningún lugar del planeta.
Un abrazo
Cuanta tristeza mi amiga, me quedo
ResponderEliminarsin palabras, tan solo imaginarlos.
Besitos dulces
Siby
Mucha tristeza, y por mucho que nos duela hay que denunciarlo. Que no nos toquen a los niños!
EliminarUn abracito
Estremece pensar que aquello fue real.
ResponderEliminarMuy bien descrito.
Siento llegar tan tarde; acabo de ver tu comentario en mi blog.
Un beso y feliz finde :)
Nunca es tarde si la dicha es buena!
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo